viernes, 5 de octubre de 2007

Cruzar la frontera a pie

Es una opción muy agradable. Sobre todo si hace bien tiempo: haces ejercicio, ahorras unos dólares y evitas la cola de coches de la frontera. Pues resulta que ayer me pasé media tarde haciendo un par de tortillas de patata. Una para una compañera de Jesús y otra para nosotros. Hasta aquí todo estaba controlado.

La señora se llevó su tortilla tan contenta y a continuación, nosotros nos acercamos al day-care a por Daniel. La señorita de Dani nos recibió muy seria con su reporte en la mano: "Danny punched a friend in the nose and it bleed". Dani pegó un puñetazo en la nariz a una niña (además la hija de la vecina, foto en el post de "La tortilla triunfa en Buffalo"). No nos quedó otra que ir a pedir perdón a la vecina en cuanto llegamos a casa.

La pobre mujer tenía una jaqueca de caballo y lo que menos le importaba era la nariz de la cría. Cuando volví a casa me dió un cargo de conciencia horroroso y la llevé mi tortilla. Así que no nos quedó otra que irnos a cenar fuera!

Ni cortos ni perezosos nos acercamos a Niagara Falls y decidimos aparcar en un sitio libre en US (aparcar en Canada, 17USD) y cruzar el Rainbow Bridge a pie. Es un paseo agradable, llano, de aproximadamente 20 minutos. Al cruzar la frontera, Clifton Hill, un espectáculo de marketing. Desde un King Kong colgando de un Empire State Building para anunciar pizza a un Frankestein coronando un Burger King. Impresionantes son las pantallas planas de n pulgadas en plena calle anunciando los restaurantes o distintos garitos de entretenimiento entre los que destaca por su abundancia los pasajes del terror. Al menos contamos 8 en la misma calle. Nos llamó la atención el "Museo de los criminales de la historia". El elemento decorativo de la entrada era una silla eléctrica.

En fín, pudimos comprobar que para algunas cosas los canadienses tienen el mismo gusto que sus vecinos americanos.

Lo mejor de la noche: si te centras en el paseo junto a Niagara falls, caminas en un rato más que en todo el mes anterior. Por un momento recordé el paseo marítimo de mi Cullera. Sólo faltaban los ecuatorianos tocando el "Cuando el ave vuela"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Marijose,

En una entrada cuentas que te has sacado el carnet a la primera y en la siguiente que has cruzado la frontera a pie. A lo mejor se te ha olvidado alguna historia en la que aparezcan las palabras 'policía', 'accidente' y 'nunca más' en la misma frase.

Un abrazo muy fuerte y perdonadme el abandono vacacional:
Abel