miércoles, 28 de mayo de 2008

Hearst Castle, un capricho de niño rico

Había una vez un niño rico cuyo padre hizo fortuna con la plata californiana. El niño se fue de viaje con la mamá por Europa a principios del SXX y se enamoró de Italia, Francia, Inglaterra y España.

La criatura comenzó a construirse un castillo-catedral a base de arrancar con la plata del papi auténticas obras de arte de sus lugares originales, desde sillerías hasta vigas, esculturas y tapices.

El resultado resulta un tanto curioso, la fachada recuerda a una iglesia (se supone que las torres imitan la catedral de Ronda), la piscina clásica y la terma romana ubicada bajo las canchas de tenis tampoco tienen desperdicio. La Casa Grande (la de la fachada pórtico catedralicio) sólo tiene 38 habitaciones y 41 baños.
Mr. Hearst hijo a su vez hizo fortuna con la prensa del corazón de la época, por lo que en su casa orientada al Pacífico nunca faltaban invitados de la farándula del momento como Charlie Chaplin, Errol Flynn (que por lo visto daba buena cuenta de la bodega), Clark Gable, Greta Garbo o el mismísimo Churchill.

En fín, a falta de un Palacio de la Granja, un Versalles o un Buckingham, California cuenta con este experimento arquitectónico que sin duda algo de historia tiene.

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